La construcción de las relaciones de género, a propósito de la Alerta de violencia contra las mujeres «Juntxs por ellas»

El pasado fin de semana la capital del Estado cumplió 474 años de su fundación con todas las aristas de análisis que podamos hacer respecto de su crecimiento y desarrollo: demográfico, económico, social, político y cultural; no obstante, lo más relevante es que días previos a esta celebración el 08 de Febrero el Ejecutivo del Estado emitió la tan esperada y exigida por diversos  sectores de la población civil “Alerta de violencia contra las mujeres: Juntos por ellas” en Guadalajara y zona conurbada metropolitana, así como Puerto Vallarta y Ameca al registrar 7 de cada 10 ejecuciones y, dada al alza en la violencia contra la mujer que el Estado ha estado registrando.

Esta problemática social no es exclusiva del Estado de Jalisco, ni de nuestro país, aunque sabemos que México en su conjunto está atrapado por un lado, en una compleja de red de complicidad, burocracia e impunidad en cuanto a términos políticos  y de procuración de justicia se refiere y, por el otro, aspectos culturales del denominado machismo, así como a la conformación de una perspectiva errónea sobre el amor, las relaciones de pareja y las relaciones de convivencia socio-laboral que, social y culturalmente se han enfocado a construir formas de comprender al género y estereotipar comportamientos.

Si partimos de un enfoque regional sobre la violencia contra las mujeres, definida ésta última según el Observatorio Ciudadano Nacional sobre Feminicidio en México como el asesinato de mujeres por razones de misoginia -desprecio hacia a las mujeres-, sexismo –presunción de superioridad- o suposición de propiedad encontramos que ésta grave problema social es considerado una “pandemia” es decir, una epidemia que desafortunadamente se extiende a muchos países y que ataca a casi todos los individuos de una localidad o región, que incluye a Centroamérica, Sudamérica, y el Caribe sin excepción.

En el caso mexicano de acuerdo con el informe “Feminicidio en México. Aproximación, tendencias y cambio: de 1985 al 2009”  fueron asesinadas 34, 176 mujeres, en tanto, el Observatorio de Feminicidios indicó que entre el 2010 y el 2011 desaparecieron 3,000 mujeres y se registraron 529 homicidios de enero de 2011 a junio de 2012, refiriendo asimismo, que entre 2012 y 2013 se asesinaron a 3,892 es decir un promedio de 6 mujeres cada día, lo que sin duda dispara las alertas  ante una “naturalización” de la violencia contra la mujer, que nos obliga a repensar nuestro papel como individuos y el papel que está desempeñando la sociedad en su conjunto, así como la falta de justicia y respeto a los Derechos Humanos.

Sin duda, este problema tiene raíces mucho más profundas que desembocan en la alta tasa de agresiones cometidas contra las mujeres (sin pretender sugerir que los hombres estén excluidos de la misma violencia); puesto que muchos sectores de la sociedad como las instituciones religiosas, educativas, informativas o mediáticas y el seno de la familia tienen y tenemos que revisar el papel que desempeñamos, y asumir nuestras acciones u omisiones en el discurso y con imagen que han favorecido se reproduzcan estas conductas de micro a macro machismos, de permisividad, codependencia y miedo que privilegian el poder y el control sobre la dignidad y la libertad.

En este sentido sirva de referencia y pretexto el punto de partida de éste análisis, el 14 de febrero fecha que privilegia el consumo, pero también la significación de ejemplos afectivos que sin generalizar, no todos parten de la igualdad, sino en la mayoría de los casos de la subordinación emocional aprendida con escaladas de violencia sutil (permitidas) que terminan en agresiones físicas y muerte.

Informes del INEGI en materia de violencia contra las mujeres en México señalan distintos tipos de violencia ejercida en las relaciones de pareja o socio-laboral, tales como: violencia. Emocional, económica, física y sexual en donde se analizan en conjunto variables familiares y sociodemográficas como parte del conflicto y solución de este problema, así como la diferenciación entre la violencia en el ámbito privado y en el ámbito público.

Del mismo modo debemos señalar las graves omisiones que cometen las autoridades y el rol del Estado ante el silencio y complicidad de muchos ciudadanos que han allanado un camino de injusticias e inacción gubernamental; un espacio de aparente indiferencia que se ve alimentado por el miedo ante la violencia que impera en el país por diversas causas.

Ante este panorama el Estado de Jalisco se ha convertido en la tercera entidad en emitir una alerta, seguida del Estado de México y Morelos que la emitieron  el año pasado, en este punto no podemos olvidar ni evitar pensar en Ciudad Juárez y sus, -nuestras- mujeres que fue el epicentro de una grave crisis en materia de feminicidios a mediados de los noventa… aún impunes.

Ahora Jalisco emite La “Alerta de violencia contra las mujeres: juntos por ellas”  que contempla una estrategia sustentada en 5 aspectos: urgencia, prevención, protección, acceso a la justicia y a la seguridad, alerta que esperamos pueda ampliarse a todo el Estado, pues las agresiones no se circunscriben únicamente a los municipios incluidos en dicha alerta, pero sobre todo que la alerta también pueda ser entendida como  una llamada de atención,  puesto que “para entender cómo funciona cualquier sociedad debemos entender la relación que  establece entre  sus mujeres y sus hombres”.

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